Un reciente estudio del Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA-Conicet) reveló que más de 2,1 millones de hogares dejaron de ser considerados de bajos ingresos entre julio de 2024 y abril de 2025.
Esta cifra representa un impacto significativo tanto en el gasto público en subsidios como en las facturas de los usuarios afectados, quienes ya no recibirán asistencia nacional ni provincial.
El detalle del informe
Según el documento, la mayoría de los usuarios afectados pasaron del rango más bajo al nivel de ingresos más alto (Nivel 1), perdiendo automáticamente los subsidios nacionales. Esto se debe a modificaciones realizadas en el padrón del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE).
El cambio implica una reducción considerable en la cobertura de costos y en el gasto en subsidios, teniendo en cuenta que aproximadamente dos tercios de las subvenciones nacionales están destinadas al servicio de energía eléctrica. Además, el informe destaca que cerca de 430.000 usuarios dejaron de pertenecer al Nivel 2 (bajos ingresos).
En paralelo con la reducción de 14 puntos porcentuales en la tasa de pobreza reportada por el Indec —dato ampliamente cuestionado por especialistas—, la proporción de hogares considerados de bajos ingresos (Nivel 2) pasó del 52% al 38% del padrón total.
Compromisos con el FMI y chau subsidios
En línea con los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno busca desmantelar el actual sistema de segmentación en tres niveles (según ingresos) para finales de este año. En su lugar, implementaría un esquema de asistencia focalizada que podría excluir a más de 3,2 millones de hogares de ingresos medios.
Por su parte, el FMI ha sugerido ir aún más lejos: simplificar el sistema trasladando directamente a los usuarios del Nivel 3 al Nivel 1, eliminando toda ayuda estatal para este grupo. Sin embargo, expertos advierten que esta transición podría resultar caótica, especialmente en barrios populares donde predominan conexiones eléctricas precarias y no existen medidores individuales.
Impacto en los usuarios
Desde el Observatorio señalaron que «el impacto es significativo, no solo en términos del gasto en subsidios, sino también en las facturas de quienes ya no reciben apoyo». La pérdida de subsidios podría generar tensiones sociales y económicas, particularmente entre familias que enfrentan aumentos sustanciales en sus tarifas de electricidad.
El futuro del sistema de subsidios energéticos sigue siendo incierto, pero las próximas decisiones del Gobierno tendrán un efecto directo sobre millones de hogares en todo el país.